CASA BIOCLIMÁTICA
Apostamos por el diseño bioclimático por sus numerosas ventajas. La arquitectura bioclimática es el resultado de milenios de refinamiento, por parte de todas las comunidades humanas anteriores a la llegada de la electricidad, en el arte de diseñar y construir casas que responden al clima del lugar. Su gran virtud es que pueden climatizar su ambiente interior de forma natural. Como hacen los seres vivos, la forma de la casa bioclimática se adapta armoniosamente a las condiciones climáticas específicas de la zona: la luz del sol, el aire, la lluvia, el viento, el terreno, la vegetación y los edificios cercanos.
La cualidad bioclimática de la casa reduce sensiblemente la necesidad de climatizar mediante sistemas eléctricos o de combustión, por lo que este tipo de edificios minimizan el consumo de energía eléctrica y la producción de emisiones de CO2 durante su uso. Así mismo, damos prioridad al empleo de materiales de construcción de origen local, con el fin de minimizar la huella de CO2 del edificio debido al transporte.
Las casas bioclimáticas se caracterizan por el empleo predominante de estrategias de acondicionamiento naturales, es decir, que no implican un consumo de energía eléctrica o calorífica durante su uso. Son muchos los aspectos especialmente cuidados en las casas bioclimáticas. Los principales son:
Orientación de la casa, en relación a las trayectorias locales del sol y a los vientos dominantes del lugar.
La composición de las ventanas, de forma que permitan, además de proporcionar vistas intencionadas, iluminar adecuadamente todos los espacios, calentar en invierno con el efecto invernadero, y posibilitar una ventilación natural eficaz y necesaria para el bienestar especialmente en verano.
La forma general de la casa, su relación superficie/volumen, sus eventuales patios, entrantes y salientes, porches, aleros y otras formas exteriores, que protegan del sol o del viento, incluida la vegetación, topografía y casas colindantes.
La distribución y orientación inteligente de cada uno de los espacios interiores, en respuesta a sus necesidades especiales.
Una gran variedad de estrategias que potencian diversos efectos, como por ejemplo la ventilación gracias a una chimenea solar, la refrigeración por evaporación de láminas de agua, el efecto protector y regulador de la vegetación, la regulación de la temperatura interior por medio de materiales de elevada capacidad calorífica, o la regulación de la humedad por medio de la ventilación y de materiales que transpiran.
Por último, una casa bioclimática además de ahorrar energía también debe ahorrar agua, por ejemplo mediante formas de recirculación y reutilización del agua gris, mediante captación y aprovechamiento del agua de lluvia etc.
Tenemos la oportunidad de poder aprovechar la bioclimática para habitar en armonía con el planeta.