Luz natural
fuente insustituible de salud
Uno de los problemas sanitarios del estilo de vida moderno es que pasamos demasiado tiempo en interiores. Para hacernos una idea, según una encuesta de la EPA (U.S. Environmental Protection Agency) los estadounidenses pasan cerca de un 90% de sus vidas en interiores.
El baño de luz solar es la única forma natural de aporte de la importante vitamina D. Además estimula la producción de melatonina, que regula nuestros ciclos de sueño y vigilia. La luz solar también contrarresta la depresión y fortalece el sistema inmunológico, entre otras propiedades. Por tanto, es importante para nuestra salud pasar cada día un tiempo al sol. Debemos tener en cuenta que el vidrio de las ventanas, sea del tipo que sea, filtra ciertas frecuencias del espectro de luz natural, con lo que la luz que nos llega en un interior no tiene la calidad suficiente que nuestra organismo necesita. Por ello, es preciso tomar a diario el sol estando en el exterior, o bien en un interior abriendo una ventana si el tiempo lo permite. Conscientes de esto, nuestros edificios deben permitir un fácil acceso al espacio exterior, por medio de ventanas practicables, acceso a balcones, terrazas y jardines.
diversidad y BIENESTAR psicológico
Numerosos estudios de psicólogos, neurociencientíficos y sociólogos aportan cada vez más evidencias de que los espacios en los que vivimos, tanto espacios urbanos como interiores de edificios, pueden afectar fuertemente a nuestro estado psicológico. En espacios interiores, la luz natural, además de tratar la depresión a nivel bioquímico, juega un papel protagonista en cómo nos sentimos en una estancia. Está demostrado que la complejidad y diversidad de matices de luces, colores y formas, entre otras cualidades, estimulan positivamente nuestra mente y disminuyen el estrés, al igual que sucede en los espacios de la naturaleza. Por este motivo, un diseño consciente de esto debe prever escenarios complejos y estimulantes, con una riqueza de fuentes de luz natural, evitando la uniformidad y la desorientación espacial, así como los contrastes bruscos entre luz y oscuridad. Estudiamos continuamente para diseñar edificios y espacios exteriores amables con las personas y conscientes de la influencia de los espacios en la psicología humana.